El olvido de las compañías

El olvido de las compañías

Employer Branding como herramienta de recuerdos.
Foucault ya decía que cada individuo debe llevar su vida de tal forma que los demás puedan respetarla y admirarla. El respeto y la admiración son dos componentes fundamentales para no olvidar que el poder hoy en las empresas no debe constituir más que la simple práctica de estos dos significados en todo su sentido.
El respeto y la admiración al posicionarla en práctica hoy, nos hace recordar que las empresas piramidales están quedando en el olvido y que el poder por su mera práctica como sinónimo de autoridad lo que menos posee es eso, autoridad.
Gilles Lipovetzsky, filósofo francés, declara que una sociedad de seres más cómodos no significa necesariamente una sociedad de seres más felices. Y al olvidar el respeto y la admiración por el sólo hecho de ser persona -entendiendo la persona únicamente como una mera fuerza laboral-, condiciona seres cómodos y no tan felices como podemos llegar a creer, lo que no es sorpresa para nadie que nos lleva a una empresa menos eficiente y por consecuencia, menos efectiva. La comodidad de por sí, responde a un estado pasivo del ser racional, lo que indudablemente decanta en un ente sin motivación y esa falta de motivación es imposible darle un respeto y mucho menos, admiración.
Nos olvidamos entonces que el ser humano, no tiene ningún criterio plausible para imponer hoy poder a través de la autoridad individual, y mucho menos entonces apoyar una comodidad que indiscriminadamente no nos ayuda en el respeto y la admiración. Todo lo contrario, hoy aún muchas veces rememoramos el poder como dominación y eso hace que las empresas releguen de sus empleados y a su vez también incluso de sus clientes.
Hoy la voz, como motor de masas, responde al más ligero impulso y eso aún muchas empresas no lo entienden. La ceguera permanente que replica la autoridad, nos enseña que la voz no tiene plataforma y esa enseñanza sin duda, es absurda y equívoca. Debemos ser responsables para darnos cuenta que plataformas como las redes sociales, derrocaron de manera rebosante la autoridad del poder individual y contrario a esto, lo que ha hecho es dar voz para la búsqueda de validación, la que se nutre de dos componentes que ya mencionamos; el respeto y la admiración.
Bastantes organizaciones se siguen olvidando muchas veces del talento y al talento es importante darle la importancia que merece. Como bien decía William Butler Yeats: el talento percibe diferencias. Y la diferencia es lo que hace al ser una persona y lleva a través de muchas de ellas a una compañía a que sea valiosa.
Cuando entendamos entonces a ese trabajador como persona racional que posee talentos particulares, recién ahí vamos a comenzar a recordar. Recordar que como empresa solo tenemos una oportunidad, pero que quien llega posee mucho más que simplemente horas disponibles. Debemos ser conscientes que quien llega a nuestra familia es quien nos entrega un poder que involucra un ánimo diferente, ánimo que sin reparo nos sacará muchas veces de la comodidad y será esa incomodidad la que nos generará un aporte sustantivo y sin cuestionamiento alguno la diferencia. Lo diferente bien sabemos, mientras sea consciente y argumentado, es respetable y admirable.
Comprender que la oportunidad que tenemos como organizaciones de conocer un nuevo talento radica en percatarnos no de un candidato, sino más bien de un co-creador. Un co-creador que busca un vínculo importante, una relación humana concreta y que como toda relación, si es buena comunica e informa. Porque la relación humana cuando es entendida entre seres racionales, es notable, sustancial, trascendental.
Finalmente discernir que el negocio existe en gran medida gracias a la sinergia entre ideas y personas. Personas que depositan todo su talento en una creencia. Y no podemos olvidar que, como bien declaraba el escritor mexicano Monsiváis, somos aquello en lo que creemos, aún sin darnos cuenta.
Eso hace de un ser, una persona, una compañía: respetable y admirable.
Pipo Peña Strategic Creative Director
Belmonte Pop.